Podemos pensar que hacer una performance es algo casual, improvisado, sin argumentación ni una fuerte carga teórica. Pues bien, eso no es así. Realizar este tipo de acciones es muy complicado y no sirve con hacer lo primero que se te viene a la mente. Esto último debería tenerse muy en cuenta.
Quizás tú, lector, no entiendas el párrafo anterior, te lo explicaré. Cuando se propone hacer una clase en el Metro de Madrid, concretamente en la línea 6, debe tener cierto argumento. En principio podemos pensar que puede tratar de establecer relaciones con nuestro contexto, observar reacciones, teorizar sobre intervenciones artísticas en el medio... Todo ello sería válido. Ahora te pondré en la situación real. Reunir a un grupo de treinta personas en la parada de Ciudad Universitaria a las 9 de la mañana y proponer hacer una performance individual sin previo aviso, y empezar a decir acciones a cada cual más absurda, es todo uno. Y ahí estoy yo, sentada en un vagón de metro, recordando la obra de Marina Abramovic y Ulay . La hora que pasamos dando vueltas me hizo sentir incómoda, pensé cómo se sentirían aquellas personas que pasaron entre dos cuerpos desnudos y fue alucinante, cómo es posible tener esa sensación con un cúmulo de absurdos intentos de intervenciones públicas... Aún sigo horrorizada. ¿Quizás no esté tan claro qué es una performance? o ¿Qué nos motiva a ello? Este puede ser un tema para reflexionar. Por si interesa, recomendable: Abramovic,puede gustar o no, pero tiene un duro trabajo previo.

"Imponderabilia" Marina Abramović y Ulay
No hay comentarios:
Publicar un comentario