martes, 11 de diciembre de 2012

El autor como productor, de Walter Benjamin


EL AUTOR COMO PRODUCTOR
Walter Benjamin
Traducción de Bolívar Echeverría
“Se trata de ganar a los intelectuales
para la causa obrera, haciéndoles
tomar conciencia de la identidad que
hay entre su quehacer espiritual y su
condición de productores”.
Ramón Fernández.
Ustedes recuerdan cómo procede Platón con los poetas en el proyecto de su Estado. Les
prohíbe permanecer  en él, en interés de la comunidad. Platón tenía un concepto
elevado del poder de la poesía. Pero la consideraba dañina, superflua: en una
comunidad perfecta, se entiende. Desde entonces, la cuestión acerca del derecho de
existencia del poeta  no ha sido planteada frecuentemente con igual énfasis. Ahora
vuelve a plantearse, aunque sólo rara vez en esa forma. Y a todos nos es más o menos
conocida como cuestión acerca de la autonomía del poeta: de su libertad para escribir lo
que quiera. Ustedes no se sienten inclinados a reconocerle esta autonomía; piensan que
la situación social presente le fuerza a decidir al servicio de quien quiere poner su
actividad. El escritor burgués de literatura para el entretenimiento no reconoce esta
alternativa. Ustedes le comprueban que, aunque no lo acepte, trabaja al servicio de
determinados intereses de clase. Un tipo más avanzado de escritor reconoce esta
alternativa. Al ponerse de parte de proletariado, toma su decisión con base en la lucha
de clases. Y se acaba entonces su autonomía. Su actividad se orienta por aquello que es
útil al proletariado en la lucha de clases. Como suele decirse, se vuelve un escritor de
tendencia.
He aquí la frase en torno a la cual giró desde hace algún tiempo un debate que a ustedes
les es familiar y del que saben, precisamente porque les es familiar, que ha resultado
estéril. En efecto, no ha podido liberarse del aburrido “por un lado…, pero por otro…”
Por un lado, del rendimiento del poeta debe exigirse que presente la tendencia correcta;
por otro lado, se está en el derecho de esperar que tal rendimiento sea de calidad. Como
es evidente, se trata de una fórmula que seguirá siendo insuficiente mientras no se
comprenda cuál es la relación que existe entre los dos factores: tendencia y calidad. Por
supuesto, la relación puede ser establecida por decreto. Puede declararse: una obra que
presente la tendencia correcta no necesita poseer ninguna otra calidad. Puede también
decretarse: una obra que presente la tendencia correcta debe necesariamente poseer
toda otra calidad...

PDF completo:
http://escenacontemporanea.com/2011/circulo-de-espectadores/_docs/el_autor_como_productor.pdf

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