domingo, 30 de diciembre de 2012

dOCUMENTA (13) sí tiene tema. Videokassel

ElCultural.es

A estas alturas ya se ha escrito casi todo sobre dOCUMENTA (13) y hay cierto consenso entre la crítica, que considera en general que se trata de una Documenta excesiva en sus proporciones, seria, con un buen número de obras memorables, comprometida pero disfrutable... y que no ha hecho grandes reparos a la renuncia, por parte del equipo curatorial liderado por Carolyn Christov-Bakargiev, a definir un argumento y a dibujar una estructura ordenada.En este artículo me propongo dos objetivos. Por un lado, he seleccionado para ustedes un buen número de visitas virtuales y, sobre todo, de vídeos -he creado una lista de reproducción en Youtube en la que están ordenados por sedes y con las obras identificadas- para que quienes no quieran o no puedan hacer el esfuerzo económico y físico -al menos siete horas desde Madrid- de ir a Kassel se hagan una idea bastante completa del evento artístico. Toda esta información podrá servir además como recordatorio para quienes han visitado la Documenta y como guía para quienes vayan a hacerlo aprovechando las vacaciones. Por otro, pretendo demostrar que dOCUMENTA (13), en contra de lo que afirma su comisaria, sí tiene un tema o, mejor dicho, varios temas relacionados.




Puedo entender que Christov-Bakargiev haya pensado que, dada la complejidad y la enorme variedad de argumentos, formas, intenciones y procedimientos que encontramos en el arte actual, la Documenta, como “estado de la cuestión”, sería más realista respetando esa cacofonía. Pero puedo oponerle dos razonamientos: uno, por muy grande que sea esta multi-exposición, no sólo no abarca todo el arte actual sino que, de hecho, opta de manera muy consciente por unas determinadas cuestiones y actitudes; dos, la renuncia a la ordenación hace que las obras que son artísticamente más débiles, que se sustentan peor por sí mismas -y hay bastantes- pierdan la oportunidad de quedar perfectamente justificadas por un discurso, arropadas por él. Hubiera sido estupendo que el montaje agrupara las obras que abordan cada uno de los temas, subrayando las conexiones mediante las que las propuestas se enriquecen mutuamente y que permiten al espectador sacar mayor provecho. Creo que el comisario, como mediador, debe ser capaz de armonizar la capacidad de presentar una narración, una visión, un problema... con el respeto a los artistas que elige para construir su discurso. Chirstov-Bakargiev es perfectamente capaz de hacerlo, pero aquí ha preferido jugar la baza del misterio y bañar sus pocas explicaciones en una oscuridad muy ajena, en la mayoría de los casos, a las obras presentadas. 

Todos sabemos que cada obra ofrece o acepta diferentes perspectivas y matices. La lectura que les ofrezco no quiere agotar las potencialidades de cada una de ellas, que va más allá de su inclusión en un capítulo o subcapítulo. Seguro que muchos de los que han estado en Kassel han intuido estas sencillas directrices, y varios críticos han aludido a unas y a otras. De hecho, existe un orden parcial en la distribución de las obras, pues tanto el Ottoneum como el antiguo hospital en Oberste Gasse 4 están dedicados a un asunto único: la ecología en el primero y el arte afgano en el segundo.

Dice Carolyn Christov-Bakargievque no debemos buscar un tema concreto sino“cuatro posiciones” que se desarrollan en las cuatro sedes de esta Documenta: estar sobre el escenario (Kassel), huir (Banff), la esperanza (Egipto) y el estado de sitio (Kabul). Yo sólo puedo hablarles sobre Kassel y, en efecto, podríamos entender la presencia del artista en la escena -tomando la palabra en sentido amplio- como el eje en torno al que se podrían disponer los diferentes capítulos temáticos. Pero hay dar a la palabra “escena” todos sus significados. El artista en la escena histórica, en la escena medioambiental, en el teatro psicoterapéutico, en el escenario musical. ¿Qué tienen que ver esas dimensiones entre sí? La comisaria se diceescéptica -y enfatiza esa actitud filosófica- ante la utopía del crecimiento económico y vincula nuestros más graves problemas -resumibles en la inequidad- a un sistema financiero-tecnológico que no los soluciona sino que los agrava. Hay, dice, “momentos de trauma”, accidentes catástrofes, crisis… que tienen como consecuencia cambios fundamentales para el mundo. Podemos interpretar, así, que, de una parte, se nos presentan esos conflictos traumáticos -las guerras, la destrucción del planeta- y, de otra, los artistas y otros agentes que trabajan en una línea creativa, responden a esos conflictos con estrategias diferentes a las de la política y la economía dominantes: desde la afectividad, la relación más profunda con el territorio, con la materia, el pensamiento mágico y la experiencia transformadora interior/exterior. 

Es cierto que hay un 20 o 25 % de obras que no encajan en este esquema, incluyendo instalaciones importantes como las de Walid Raad o Nedko Solakov. Pero, si examinan los listados que a continuación les propongo, comprobarán que la mayor parte de las obras de la Documenta se ajustan perfectamente a él, sin forzar interpretaciones. Instrucciones para seguir esta video-guía:
  • He intercalado en los listados de artistas, ordenados por temas, los vídeos que muestran una obra individual
  • La mayoría de las obras sin vídeo particular aparecen en los recorridos por las principales sedes, que encontrarán al final de los listados. Señalo en azul las obras que de ninguna manera pueden dejar de ver.
  • Las iniciales cada artista indican en qué sede se encuentra: DH = Documenta Halle. F = Fridericianum. HB = Hauptbanhof. K = Karlsaue. NG = Neue Galerie. OR = Orangerie. OT = Ottoneum.
  • Dejo al margen, pues no he visto nada por falta de tiempo, todo el aparato performativo que se despliega a lo largo de los 100 días de exposición.
  • Para orientarse en ese recorrido, pueden ver, abajo, los mapas en los que se ubica cada obra.

1. ESCENA HISTÓRICA. GUERRA Y DESTRUCCIÓN. LA CIVILIZACIÓN BAJO AMENAZA y su capacidad de supervivencia

1.1. Breitenau y los campos de concentración durante el nazismo

El monasterio benedictino de Breitenau, cerca de Kassel, ha sido prisión, campo de trabajo nazi y centro psiquiátrico. En su historia aparecen varios de los temas centrales de dOCUMENTA (13) y ha sido tratada por algunos de los artistas convocados.

Clemens von Wedemeyer (triple ficción en diferentes momentos de la historia del monasterio: HB)



Sanja Ivekovic (la resistencia en Kassel a los trabajos forzados y su castigo: NG y ciudad)

Gunnar Richter (investigación sobre las tumbas de las víctimas del nazismo en Breitenau: K)

Judith Hopf (en el monasterio)

Ines Schaber y Avery F. Gordon (testimonios de la desobediencia de diverso tipo, castigada en Breitenau: Handwerkskammer)

Ines Schaber y Avery F. Gordon


Janet Cardiff y George Bures Miller (traslado de judíos desde la estación de trenes, entre otras situaciones: HB)

Susan Philipsz (deportación de Pavel Haas a Terezin: HB)

Susan Philipsz


Korbinian Aigner (manzanas pintadas -y cultivadas- en el campo de concentración de Dachau: FR)

Charlotte Salomon (recuperación de una artista asesinada en Auschwitz: FR)

Lee Miller (campos de concentración y apartamento de Hitler en Múnich: FR)

Hannah Ryggen (tapices antifascistas)



1.2.Constancia de las heridas de la violencia

La violencia bélica y sus huellas en el cuerpo y en el territorio, en diferentes tiempos históricos. Respuestas de los artistas en momentos de guerra.

Wael Shawky (las cruzadas: NG)

Sam Durant (compuesto de horcas: K)

Kader Attia (colonialismo, arte primitivo y heridas de guerra: FR) (visita virtual)



Giorgio Morandi (el refugio interior en los años de la guerra y el fascismo: FR)

Vandy Rattana (huellas en el paisaje de la guerra, bomb ponds en Vietnam: FR)

Dinh Q. Lê (dibujantes en la guerra de Vietnam: K)

Vann Nath (prisiones en el régimen de los jemeres rojos, en Camboya: FR)

Rossella Biscotti (Processo 7 Aprile contra Antonio Negri y Autonomia Operaia: NG)

Julio González (obras expuestas en 1956 en la Documenta, testimonio del sufrimiento y signo de recuperación tras la destrucción de la guerra mundial)


1.3. Conflictos actuales

Ahmed Basiony (revolución egipcia: FR)

Khaled Hourani (exposición de un cuadro de Picasso en Palestina, tensión bélica: FR)



Emily Jacir (libros robados a las familias palestinas, en la Biblioteca Nacional Judía: FR) (visita virtual)

Aníbal López (invitación a Kassel de un sicario desde Guatemala).


Rabih Mroué (revolución siria: HB)

Akram Zaatari (protección de obras de arte en tiempos de guerra: Untere Karlsstr. 14)

Robin Kahn (resistencia de las mujeres saharauis: K)

1.4. Afganistán

Kabul es una de las sedes de esta Documenta; en Kassel hay un buen número de artistas, de diversos países, que examinan la historia reciente de Afganistán desde diferentes perspectivas.

Princesas bactrianas (FR)

Alighiero Boetti (uno de los tapices hechos en Kabul: FR) y, sobre él, Mario García Torres (FR)

Mohammad Yusuf Asefi (pintor-restaurador que salvó de la iconoclastia talibana muchas obras de arte de la National Gallery of Kabul)

Michael Rakowitz (destrucción de los budas de Bamiyan y de la biblioteca de los Landgraves de Hesse: FR) (visita virtual)

Marian Ghani (destrucción del Fridericianum y el Dar ul-Aman Palace en Kabul: FR)

Khadim Ali (reinterpretación del poema épico Shanameh en miniaturas al estilo mogol con alusiones al dominio de los talibanes: NG) 

Omer Fast (duelo enfermizo por el hijo, soldado muerto en Afganistán: K)



Goshka Macuga (visita de los intelectuales europeos a una Afganistán devastada: FR)

Francis Alÿs (entre otras cosas: el arte como actividad de resistencia. Obere Karlsstr. 4)

Francis Alÿs, y obras en Neue Galerie


miércoles, 12 de diciembre de 2012

Letter to Jane, Godard




Letter to Jane may be seen as a companion piece to the intriguing Tout Va Bien(1972), for the idea of the film sprouted during the making of Tout Va Bien. Godard and fellow Dziga Vertov Group filmmaker Gorin share the sound-space as they step out of the cinematic medium and go on to discuss the role of filmmakers in political activism. Through pictures of Vietnam war, they talk about the importance of questions and questions of importance. They urge the audience to take a journey rather than watch the film and hence decide the role of filmmakers as a whole. Through one particular picture, that of Jane Fonda “empathizing” with the guerrillas, Godard  brings forth issues of media initiated lionization, attitude of the west towards the Vietnam crisis and the Kuleshov effect on photos from the war.
Having said that, Letter to Jane is one of the most engaging Godard films of this period. With a single gesture from a photograph, Godard extracts so much meaning out of Fonda’s glance (the comparison spectrum runs from Descartes to Welles) that any actor watching the film will feel a shiver running down the spine. They’ll know they are being watched and they’ll know acting isn’t a walk in the park. And true to the film’s claims, it does not give us answers and neither does it tell what the questions are. What is sure is that it asks the audience to extract the questions themselves, for right answers follow only right questions.Letter to Jane is the most and perhaps the only disappointing Godard film I’ve seen. Disappointing because Godard not only explores the role of intellectuals in revolution and politics but also tries desperately to classify himself as one. Disappointing because what he did absolutely effortlessly in his early films, he tries to do it as a requirement. Godard dismissed his early films as being bourgeoisie, but even Letter to Jane seems like a discourse for high-brow cocktail sipping crowd, contradicting Godard’s Dziga Vertov principles. Is it only me who feels that Godard is playing God and trying hard to over-analyze what may be a genuine gesture for concern or am I succumbing to the Kuleshov effect too? May be not. Godard himself seems to have become disillusioned after the film, once again, and reworked his strategies and policies.

http://theseventhart.info/2008/12/19/for-ever-godard-19/


Atlas Mnemosyne


Atlas Mnemosyne



Aby Warburg

Akal. Madrid, 2010. 192 páginas, 38 euros

Jaume VIDAL OLIVERAS | Publicado el 03/12/2010 |  Ver el número en PDF

La obra inacabada de Aby Warburg es la base para la exposición de la temporada en el Museo Reina Sofía: Atlas. ¿Cómo llevar elmundo a cuestas?, comisariada por Georges Didi-Huberman.


A Warburg se le ha calificado, muy ilustrativamente, como “el famoso desconocido”. Y es que, hasta ahora, muy pocos lo habían leído... A este historiador del arte se le identificaba, más que como autor, con un instituto y una biblioteca. Pero, ¿por qué este desconocimiento? Existen varias razones. La escritura de Warburg, aunque sugerente, es críptica y difícil. La suya, además, es una obra fragmentaria y asistemática. Nunca escribió lo que llamaríamos una “obra definitiva”, ni siquiera un libro en el justo sentido del término, sino una larga colección de artículos sobre los temas más diversos. Su aproximación -discontinua, inacabada- desborda los cauces por los que discurre el discurso académico, en los que se asienta -todavía hoy- la historia del arte... Todos estos aspectos, que lo alejaron de las plataformas del saber oficial, lo hacen particularmente atractivo a los ojos modernos.

La postura de Warburg se gesta en oposición al esteticismo -a esa idea de “noble simplicidad y serena grandeza” con la que los herederos de Winckelmann se enfrentaban al arte clásico- y el formalismo (Wölfflin) de su tiempo. Heredero de Jacob Burckhardt, entiende la historia como una interrelación de aspectos sociales, económicos y culturales. Abordó, además, la investigación con instrumentos propios de la antropología y la psicología. Con ello, ampliaba la disciplina más allá del historicismo, los estilos, las influencias y la cadena de relaciones causa-efecto. Más aún, influido por Nietzsche, buscaba una historia del arte viva, que respondiera a sus preguntas íntimas.

Existen muchos aspectos que interesaron a Warburg: la transmigración y la pervivencia de los símbolos, la astrología y los saberes esotéricos, la función del mecenazgo artístico, el intercambio cultural norte-sur… Pero se diría sobre todo atraído por los contenidos oscuros, no codificados o filtrados por la cultura, de la obra de arte. “Dios -dijo alguna vez- está en los detalles”. Y es que lo que le interesaba era el reverso, el elemento inconsciente de la imagen, aquel que pervive soterradamente, al margen de épocas, formas y estilos.

El Atlas Mnemosyne, que concentró las energías del historiador en sus últimos años y que quedó incompleto a causa de su muerte, tendría que culminar su proyecto. Originalmente, se trataba de unos plafones con fotografías de obras de arte, fragmentos, imágenes de la prensa o tomadas de la realidad, reunidas en virtud de sus analogías internas. Cada conjunto, encabezado por un epígrafe textual funcionaba como un dispositivo para interpretar las imágenes. Pero todos aquellos que se han dirigido al Atlascon el ánimo de descifrarlo se han sentido desconcertados. Tal vez se tenga que hablar de Warburg como de aquel personaje de Borges que se encerró en una habitación para escribir un libro y hacer un laberinto. A su muerte, lo único que encontraron fueron miles de hojas manuscritas dispersas sin orden alguno por toda la cámara. Lo que nadie comprendió -comenta Borges a modo de conclusión- es que con ello había realizado las dos cosas a la vez: un libro que era un laberinto. De alguna manera, la biblioteca de Warburg es una suerte de Wunderkammern o gabinete de curiosidades y, como tal, representa una visión o interpretación del mundo. También, el Atlas Mnemosyne, -desdoblamiento visual de su biblioteca- implica una cosmovisión susceptible de recomponerse una y otra vez a través del juego de las asociaciones.

Se trata de una máquina para pensar las imágenes, un artefacto diseñado para hacer saltar correspondencias, para evocar analogías. Éste es el mensaje de Warburg inscrito en el reverso del Atlas Mnemosyne.
 

martes, 11 de diciembre de 2012

CARTA A LORD CHANDOS


CARTA A LORD CHANDOS, Hugo von Hofmannsthal

Acompañada del ensayo La herrumbre de los signos, de Claudio Magris, la Carta de Lord Chandos(Alianza, 2008- Trad. Antón Dieterich/Pilar Estelrich), de Hugo von Hofmmanthal, fechada en 1901, trata del lenguaje y de su imposibilidad para expresar las «verdades fundamentales y profundas de la vida», como apunta George Steiner.
Lord Chandos, joven y brillante poeta, anuncia en una carta al filósofo Francis Bacon su intención de no escribir más, de sumirse en el silencio, «frente a la repetida agresión de la vida moderna», para decirlo en palabras de Claudio Magris.
La decisión es fruto de un proceso que se inicia cuando siente «un incomprensible malestar a la hora de pronunciar siquiera las palabras "espíritu", "alma" o "cuerpo"», palabras que suponían conceptos alrededor de los cuales podía moverse, pero advirtiendo que «sólo se ocupaban de ellos mismos, y lo más profundo, lo personal de mi pensamiento quedaba excluido», mientras ellos se deshacían en su boca como «hongos podridos».
En su estado de hipersensibilidad, Chandos siente que la naturaleza, las cosas del mundo le hablan y lo desbordan con una lengua muda que no tiene correlato con ninguna lengua hablada, porque ninguna de estas contiene palabras que se relacionen con la verdad del más sencillo de los objetos. Es así como Chandos, después de sentir «como si mi cuerpo estuviese compuesto de claves» que le revelan todo el orden existencial, se sitúa al borde del abismo, porque no puede «describir con palabras razonables en qué había consistido esa armonía que me invade a mí y al mundo entero ni cómo se me había hecho perceptible, del mismo modo que tampoco podría decir algo concreto sobre los movimientos internos de mis entrañas o los estancamientos de mi sangre».
Aludiendo a la «triada clave» -lenguaje, verdad y lógica-, que parecen estar en el discurso de Hofmmansthal Steiner dice que «la auténtica significación exige pruebas» y trae a colación el final del Tractatus de Ludwig Wittgenstein que dice «sobre lo que no se puede hablar, hay que callar».

http://milecturadelasemana.blogspot.com.es/2008/11/carta-lord-chandos-hugo-von.html

El autor como productor, de Walter Benjamin


EL AUTOR COMO PRODUCTOR
Walter Benjamin
Traducción de Bolívar Echeverría
“Se trata de ganar a los intelectuales
para la causa obrera, haciéndoles
tomar conciencia de la identidad que
hay entre su quehacer espiritual y su
condición de productores”.
Ramón Fernández.
Ustedes recuerdan cómo procede Platón con los poetas en el proyecto de su Estado. Les
prohíbe permanecer  en él, en interés de la comunidad. Platón tenía un concepto
elevado del poder de la poesía. Pero la consideraba dañina, superflua: en una
comunidad perfecta, se entiende. Desde entonces, la cuestión acerca del derecho de
existencia del poeta  no ha sido planteada frecuentemente con igual énfasis. Ahora
vuelve a plantearse, aunque sólo rara vez en esa forma. Y a todos nos es más o menos
conocida como cuestión acerca de la autonomía del poeta: de su libertad para escribir lo
que quiera. Ustedes no se sienten inclinados a reconocerle esta autonomía; piensan que
la situación social presente le fuerza a decidir al servicio de quien quiere poner su
actividad. El escritor burgués de literatura para el entretenimiento no reconoce esta
alternativa. Ustedes le comprueban que, aunque no lo acepte, trabaja al servicio de
determinados intereses de clase. Un tipo más avanzado de escritor reconoce esta
alternativa. Al ponerse de parte de proletariado, toma su decisión con base en la lucha
de clases. Y se acaba entonces su autonomía. Su actividad se orienta por aquello que es
útil al proletariado en la lucha de clases. Como suele decirse, se vuelve un escritor de
tendencia.
He aquí la frase en torno a la cual giró desde hace algún tiempo un debate que a ustedes
les es familiar y del que saben, precisamente porque les es familiar, que ha resultado
estéril. En efecto, no ha podido liberarse del aburrido “por un lado…, pero por otro…”
Por un lado, del rendimiento del poeta debe exigirse que presente la tendencia correcta;
por otro lado, se está en el derecho de esperar que tal rendimiento sea de calidad. Como
es evidente, se trata de una fórmula que seguirá siendo insuficiente mientras no se
comprenda cuál es la relación que existe entre los dos factores: tendencia y calidad. Por
supuesto, la relación puede ser establecida por decreto. Puede declararse: una obra que
presente la tendencia correcta no necesita poseer ninguna otra calidad. Puede también
decretarse: una obra que presente la tendencia correcta debe necesariamente poseer
toda otra calidad...

PDF completo:
http://escenacontemporanea.com/2011/circulo-de-espectadores/_docs/el_autor_como_productor.pdf

Godard

Yo te saludo Sarajevo



http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=agO22iIvO70

Basilio Martin Patino

Canciones para después de una guerra



http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=FVzCTUwxxqs


lunes, 10 de diciembre de 2012

Anna María Maiolino



                                        

dOCUMENTA (13) Una crueldad tolerable


dOCUMENTA (13) Una crueldad tolerable

La gran cita quinquenal del arte contemporáneo en la ciudad alemana de Kassel es un agotador y excesivo paseo lleno de sugerentes propuestas


Carolyn Christov-Bakargiev, ex conservadora jefe del Museo Castello di Rivoli de Turín, directora de la Bienal de Sidney 2008, curadora del PS1 MOMA-Queens y ahora directora artística de dOCUMENTA (13), ha introducido en el mundo del arte una cualidad de la que los comisarios suelen carecer, y más en esta era inmensamente prolífica de avances tecnológicos: su defensa del mundo animal y de todas las especies, apócrifas o reales, fenómenos naturales y seres inertes, incluidos los elementos del espacio sideral, como los meteoritos, una actitud que se convierte en un instrumento de persuasión pero que en realidad resulta una idea de lo más irónica.
Es imposible que uno visite este macroevento y no acabe maltrecho, confundido, perdido, reducido a un vulgar cuerpo extenuado. La comisaria norteamericana ha elaborado un mito particular de la memoria y del presente histórico y lo ha elevado a la categoría de profecía final. Inmersos en semejante exaltación de nombres y forzadas analogías, ¿quién defenderá de esta expedición sin tregua, del desconcierto y hartazgo que provoca, a periodistas, críticos, comisarios, artistas, todas esas especies vivas que animan o desaniman nuestro entorno físico y que han visitado o visitarán a lo largo de los famosos cien días estos Juegos Olímpicos del Arte en su versión más globalizada?
dOCUMENTA (13), cuyo lema es “Collapse and Recovery” (Derrumbe y Recuperación), hace elogio de la confusión: “La confusión es algo verdaderamente maravilloso y asumo el riesgo de desconcertar a muchos. Esta edición carece de concepto. Ante el hecho de que existe una multitud de verdades válidas, nos enfrentamos permanentemente a interrogantes insolubles. De ahí la posibilidad de no escoger o de escoger algo que sabemos también parcial o inevitablemente falso. Lo que veremos en Kassel será arte o quizás no”. Ante semejante advertencia se podría argüir que la postura de Christov-Bakargiev es la secularización del arte y de todo artista, expulsarlo de su torre de marfil, que antes era el museo —el canon— y hoy es el mercado. A partir de ahora, el arte interactúa con el mundo. Y aunque se siente muy satisfecha de abandonarnos en medio de ese eclecticismo y absoluta confusión, su actitud, no exenta de buena fe, va en contra de la habitual autoestima del comisario, pues este pasa de ser un narrador a un demiurgo, un deus ex machina, un ser arbitrario que incurriendo en una falta de coherencia interna decide (de)construir un mundo a la medida de su imaginación para crear un espacio de desmesura en el que el visitante nunca tocará fondo. Nada que objetar, salvo que en esta historia el resorte narrativo final proviene de la misma comisaria, ignorando la cantidad justa de causalidad que exige toda trama. En dOCUMENTA (13) ella es la heroína que llega en el último momento, el oportuno eclipse que nos salva del caos. Esto produce incomodidad, pero también pude hacer que el conjunto, aun no siendo creíble, guste a todos los públicos.
dOCUMENTA (13) suma 300 participantes y colectivos de 50 países, de ellos la mitad son “oficialmente” artistas y el resto proviene de otros campos, como la literatura, la física, la biología, la zoología, la economía, la psicología, la ecología o el activismo. Con asombrosa energía, el equipo de comisarias-agentes de Christov-Bakargiev ha diseminado por toda la ciudad pinturas, esculturas, instalaciones, vídeos y todo tipo de eventos (hasta 2.000).
En total, 31 sedes, entre museos, la antigua estación de tren, un hospital, un salón de baile, un monasterio benedictino, una panadería, un búnker, un cine (donde se proyecta diariamente el filme de Albert Serra, The Three Little Pigs, con monólogos de Hitler y Goethe) o un restaurante chino (charlas y té con escritores, como César Aira o Enrique Vila-Matas). Solo el paseo por el parque barroco de Karlsaue, donde hay hasta 53 obras (algunas tontamente instaladas en cabañitas prefabricadas), requiere casi un día.
El evento también cuenta con sedes internacionales donde se desarrollarán actividades simultáneamente a la exposición alemana, en una nueva voluntad demiúrgica de su directora artística: saber si la sincronización es posible (como respuesta, el artista sudafricano William Kentridge propone la macroinstalación The Refusal of Time (el rechazo del tiempo) en los depósitos de la antigua estación de tren de la ciudad, 28 minutos de vano efectismo a base de videoanimación, música y esculturas): Canadá, concretamente en el remoto parque nacional de Banff, donde hay un oso por habitante (3.000) y una residencia de artistas; Egipto (El Cairo y Alejandría) y las ciudades afganas de Kabul y Bamiyan, que se hacen eco de la consigna de este evento —el derrumbe tras el cataclismo y el saneamiento de la orilla— en paralelismo con Kassel, donde durante el régimen nazi se producían torretas para los carros blindados y que acabó reducida al desastre por los bombardeos aliados.
dOCUMENTA (13) es un campo de batalla donde se mezclan una poética de serenidad atemporal, una estética de cielos despejados, errores creativos y alegorías de la destrucción. Su directora ha trabajado bajo el síndrome de Atalante, que también sufrió su predecesor Roger Buergel, en una acumulación de formatos y épocas generosa y exagerada.
Solo en el Kunsthalle Fridericianum hay concentrados casi 4.000 años de historia: princesas bactrianas (Afganistán), obras de arte deformadas durante la guerra del Líbano transportadas desde Beirut, las vasijas que pintó Giorgio Morandi en su refugio boloñés durante el asedio fascista, libros esculpidos sobre piedra del valle donde los talibanes provocaron la destrucción de los budas milenarios, un fragmento de meteorito, crisálidas, imágenes de cráteres provocados por las bombas durante la guerra de Vietnam, un laboratorio experimental de física cuántica, los autorretratos de Lee Miller tomando un baño en los aposentos de Hitler en Múnich realizados el mismo día en que el dictador se suicidó, un dalí paranoico, un archivo de 400 dibujos de manzanas hechos por un párroco católico confinado en un campo de concentración, un gabinete de los horrores que epitomiza el impacto del colonialismo francés en África, obras de Julio González expuestas de forma idéntica a como se exhibieron en 1959, en la dOCUMENTA (2) o el tapiz-mapa que Alighiero Boetti iba a presentar en la Documenta 5 de Harald Szeemann y que finalmente no se llegó a exhibir. Bajo la apariencia de un caos relativamente ordenado, estas obras disfrutan de una íntima igualdad; en este sentido, se valora el puente que la comisaria tiende a la historia propiamente dicha de este evento, nacido en 1955, y quizás sea este el acierto de algunos trabajos distribuidos por las plantas del Fridericianum, un hecho que contrasta con la desmesura y vacuidad de las obras concentradas en la Documenta Halle.
dOCUMENTA (13) es una expedición por las partículas elementales de la vida y las ásperas realidades de la guerra, lo cual provoca un desconcierto que es crucial para el trabajo de Christov-Bakargiev, reducido a un puchero de obras y perspectivas que solo sirven para que el público se ahogue en él. Con todo, hay algunas que triunfan en medio de este caos entrópico, mostrándose brutalmente tajantes y confirmando, más allá del espíritu holístico de su comisaria, que no solo la Naturaleza le ha otorgado al ser humano algo que únicamente él posee sino también que muchas veces el todo no es mayor que la suma de sus partes.
Destacan los tapices realizados en los años treinta por la activista noruega Hanna Ryggen como denuncia de la alienación humana y el fascismo; los instrumentos de música electroacústica del libanés Tarek Atouí; la impactante pieza teatral del coreógrafo francés Jérôme Bel, Disabled Theatre, representada por actores mentalmente discapacitados; el homenaje del mexicano Mario García Torres a Boetti y al hotel (One Hotel) que este creo en Kabul en los años setenta; la impactante performance de Tino Sehgal, que sitúa al visitante en un espacio oscuro rodeado de una veintena de personas que hablan, cantan y bailan; el delicado montaje de Francis Alÿs con postales que representan escenas cotidianas de Kabul; las pizarras murales de Tacita Dean, una evocación del tiempo interrumpido sobre el sublime nevado de las montañas afganas; las abstracciones musicales de Susan Philipsz en los escenarios del horror camino de los campos de exterminio; y el vídeo de Javier Téllez instalado en una gruta artificial que recrea las experiencias de Antonin Artaud en México y sus primeros trabajos para un teatro de impacto violento en el espectador. El autor francés fue uno de los últimos testigos que desde la lucidez de la alienación descubrió cómo la Ilustración destruyó Occidente. Como Artaud, Caroly Christov-Bakargiev cree que la vida y la muerte, lo real y lo imaginario, el pasado y el futuro, lo de arriba y lo de abajo, han de llevarse a una zona del espíritu donde dejan de percibirse contradictoriamente. Y que solo por la piel puede entrarnos otra vez la metafísica del espíritu. La crueldad.
http://cultura.elpais.com/cultura/2012/06/22/actualidad/1340381481_988292.html

domingo, 9 de diciembre de 2012

Javier Tellez

Arnold Bode

Arnold Bode


The father of the documenta

DOCUMENTA TRAVELLER | 




Janet Cardiff



dOCUMENTA por Walter Grasskamp

Walter Grasskamp

El siguiente escrito es una reflexión sobre las exposiciones celebradas cada cinco años en Kassel, la dOCUMENTA. Recordando su largo noviazgo con el tema de la historiografía de exposiciones, compara documentación con las anteriores exposiciones en Recklinghausen y con Skulptur Projekte Münster- , extrayendo las características especiales de lo que él llama exposiciones periódicas.
"One of the main reasons I enjoyed my work was the astonishingly good quality of most of the photographs, especially the early ones from the first to the fourth documentas which were taken mostly by Günther Becker. It turned out that Arnold Bode, the creator of documenta, had had the foresight to commission Becker to take photographs of the first documentas. Being a specialist in trade fairs, Bode knew that events like these only survive adequately in photographs of the installations and not through catalogues. Thus, he employed a more than adequate photographer, someone who seemed to have been aware of the delicacy of the task. In documenting the early documenta exhibitions, Becker was sympathetic to Bode’s combinations of spaces and sites, single objects and constellations of works. His photographs constituted the best part of the volume Mythos documenta that finally did appear in 1982, as number 49 of Kunstforum International and not, as planned, as number 50.2
Of course there were exceptions to the rule, one being a very badly produced print that, moreover, had darkened with time and could not be reproduced in the magazine. It had been taken in 1959, judging by the Kandinsky it showed, but it had no identifying details on its reverse: no author, no date, no details, and – most unprofessional – no bank account. But I was fascinated by it: the unknown photographer, obviously an amateur, had seen the weird aspect of the scene, the contrast of the Kandinsky painting with members of a students’ fraternity, showing off their full regalia (fig.1). Thus, the image juxtaposed two very different German traditions: Kandinsky stood for the international free-trade zone of art that Germany had been between 1850 and 1914; the students stood for the nationalistic movements of the nineteenth century some of which eventually were entwined in many ways with the National Socialist nightmare of the twentieth. Whoever took this photograph was a fleeting witness to the contradictions of postwar (West) Germany. I was sorry not to know his name and not to be able to order a usable new print. Finally, I decided to include the visually unsatisfying print and dedicated a short essay to the unknown photographer and his little feat."
Hans Haacke Fraternity students in documenta 2 1959

Artículo completo en el siguiente enlace:

http://www.tate.org.uk/research/publications/tate-papers/be-continued-periodic-exhibitions-documenta-example




viernes, 7 de diciembre de 2012

dOCUMENTA (13)


Ruins, conflict, culture and science: dOCUMENTA (13)

Kader Attia, The Repair of the Occident to Extra-Occidental Cultures, 2012
Many adjectives have already been wielded to describe this year’s documenta, “earnest”, “grim”, “despondent” and “concept-less” among them. Certainly, there are few laughs in this year’s documenta (the 13th since its founding in 1955 by an artist banned by the Nazis), but in all it’s a deeply satisfying experience.
Many of the works by 300 artists – mostly new commissions – are site-specific, installed in railway stations, disused shops, hotels, cinemas, old hospitals, the natural history museum, and scattered throughout Karlsaue park. I appreciated the serious-minded intent behind the works, and the internationalism of the exhibition both in content and representation, with artists from fifty-six countries including many from Africa and Asia.
A large number of the works mark significant events or occurrences, including varied perspectives on recent upheavals in Egypt, the Middle East and Afghanistan. The works in the main exhibition in the Fridericianum have a particular focus on conflict, catastrophe, ruin, trauma, survival and repair across many historical events, as though such events and restorations were on an endless loop. There are many absorbing works here, but I spent a particularly long time in Kader Attia’s disturbing, fascinating installation, The Repair from Occident to Extra-Occidental Cultures, a maze of repaired African artefacts, vintage colonialist texts and wood-carved busts of disfigured faces, and a slideshow of facially injured World War I soldiers provocatively juxtaposed with mended African masks.
Many powerful works are sited in and around the Hauptbahnhof railway station, among them William Kentridge’s stunning video and sound work The Refusal of Time (which elicited a round of applause), Janet Cardiff and George Bures Miller’s augmented reality audio tour of the station linking it to a darker past, Clemens von Wedemeyer’s three-screen multiple histories of a monastery in Germany: from concentration camp to girls reformatory to psychiatric clinic, and Lara Favaretto’s vast pile of industrial debris.
Lara Favaretto, Momentary Monument IV (Kassel), 2012
William Kentridge, The Refusal of Time, 2012
dOCUMENTA (13) has been called “genre-busting”. Its curator Carolyn Christov-Bakargiev stated that she wanted to broaden documenta’s focus from the visual arts to culture at large. This has been largely done through the mode of the artist’s enquiry, but there are also non-artists involved, including physicists, biologists and social scientists, and a scattering of historical artefacts.
The role of science in this “culture at large” is most prominently represented by the Austrian physicist Anton Zeileger’s Quanta Now, a series of five important quantum physics experiments installed in the Fridericianum, including the double slit experiment and quantum entanglement of photon pairs. There is also an installation in the same building of Russian biologist Alexander Tarakhovsky’s work on epigenetics, and the Bavarian priest and artist Korbinian Aigner’s multiple paintings of the new strains of apples he created while in Dachau concentration camp.
Meanwhile, Donna Haraway’s writings on multi-species co-evolution inspired the artist Tue Greenfort to compile and present an archive of artists’ materials, texts, books, videos and documentation of artworks dealing with the relationship between human and non-human species (including Rachel Mayeri’s Primate Cinema, an Arts Catalyst commission).
Anton Zeilinger, Quanta Now (installation detail of the experiment on quantum entanglement of photon pairs), 2012
Korbinian Aigner, Apples, 1912–1960s
Ecological themes are very present, in the process-based projects by Pratchaya Phinthong, whose simple installation – two dead tsetse flies, one female carrying the deadly disease sleeping sickness and her sterile consort – is underpinned by a research project, in which Phinthong has been traveling in Ethiopia, Tanzania, and Zambia and providing locals with inexpensive traps to help control the tsetse fly populations, and Amy Balkin, who has been trying to get the Earth’s atmosphere included on the UNESCO World Heritage List. Ecology is closely tied closely to politics in the beautiful and coherent exhibition in the Ottoneum, Kassel’s natural history museum, with Amar Kanwar’s moving installation The Sovereign Forest tackling the forcible displacements of indigenous communities and peasants in Odisha (Orissa), India, by commercial interests, Claire Pentecost’s elegant and thoughtful installation Soil-Erg, in which she proposes a new system of value based on living soil, and Maria Thereza Alves’ installation on five centuries of damage done to Lake Chalco in Mexico and the people who live there.
Pratchaya Phinthong, Sleeping Sickness, 2012
Claire Pentecost, Soil-Erg, 2012
Elsewhere, the politics of nuclear energy are presented both in Mika Taanila’s stylish 3-screen video work The Most Electrified Town in Finland and the Otolith Group’s film Radiant, which explores Japan’s fated love affair with the unstable atom which culminated in the Fukushima reactor meltdown.
In documenta-Halle, Thomas Bayrle’s car engine prayer-machines and collaged airplane suggest our very dreams rely on carbon-burning technologies, while Yan Lei has hung a room with 360 paintings, produced one per day over a year, inspired by internet images. During dOCUMENTA (13), the paintings will be gradually removed, spray painted in the local Volkswagen car factory, and then returned to the exhibition.
Mika Taanila, The Most Electrified Town in Finland, 2012
Thomas Bayrle installation, dOCUMENTA (13), 2012
Yan Lei, Limited Art Project, 2012
Karlsaue park is the site for many intriguing works, both in the landscape and installed in small buildings. Standouts for me are Omer Fast’s extraordinary tale of a couple’s disturbed, unsettling response to the death of their soldier son in Afganistan (confirming my art crush on this remarkable artist), CAMP’s gentle reflections on maritime life and the informal economy across the Indian Ocean, and Sam Durant’s alluring playground-gallows.
Omer Fast, Continuity, 2012
Sam Durant, Scaffold, 2012
Two real “conflicts” disturbed the civilised art-going days of the dOCUMENTA (13) previews. First, the failure of dOCUMENTA (13)’s aim to transport the El Chaco meteorite, a 37-ton, 4,000-year-old lump of space rock, from aboriginal land in Argentina to Kassel, as proposed by artists Guillermo Faivovich and Nicolas Goldberg, continued to stir debate during the opening week. It was a controversial proposal, strongly and successfully protested by indigenous Argentians.
Indigenous Argentinians protesting the removal of the El Chaco meteorite for inclusion in documenta 13
And then, on preview day, above the peaceful sunlit Karlsaue park, rose Critical Art Ensemble (CAE)’s shatteringly–loud helicopter, rising and sinking several times an hour, audible – and frequently visible – across the town, invading art-going experience and drowning conversations. InA Public Misery Project: A Temporary Monument to Global Economic Inequality, CAE raised a huge bar graph depicting wealth disparity across the world. 99% of the world’s incomes fitted onto the banner, but the globe’s richest 1% required a helicopter to soar 250 meters up in the sky. Exclusive €300 tickets were purchased by an irony-unencumbered fifty people, only twelve of whom showed up on the day to be escorted down a red carpet for their flight. The 99%, meanwhile, could buy a lottery ticket and the chance to win a ride.
Some of the reason for this economic disparity, as well perhaps as the mechanics for the endless cycle of manmade disasters, are revealed in Mark Lombardi’s obsessive mapping of corruption, politics and finance, that make visible the hidden connections between political and economic processes, corporation, and individuals.
Critical Art Ensemble, A Public Misery Project: A Temporary Monument to Global Economic Inequality, 2012

http://nicolatriscott.org/2012/06/11/ruins-conflict-culture-and-science-documenta-13/